Todo acabó en un minuto: primera llegada a puerta del Cartagena, un saque de esquina, un escandaloso error defensivo y gol. Y cuando la UD reaccionó en el minuto 20, el marcador ya señalaba 3-0 (para colmo, el tercero, obra de Víctor, ocurre solo una vez en la vida). Demasiado para el equipo de Jémez. Volvemos a tropezar con la misma piedra. A pesar de jugar bien, de dominar el partido (la primera parte acabó con una posesión del balón del 62% a favor de los amarillos), terminamos perdiendo por goleada. Con este panorama no vamos a ninguna parte o lo que es lo mismo, vamos a sufrir esta temporada tanto como las anteriores si no conseguimos pronto llegar al objetivo de los 50 puntos.
Uno, que de tácticas y estrategias sabe menos que el entrenador, sí que tiene bien claro que si las cosas ya no salen como salían en los primeros partidos de la temporada hay que cambiar, o al menos poner en práctica otros sistemas. Nadie duda de la capacidad y la entrega de los jugadores, como quedó demostrado este domingo. Porque con 3-0 en contra en el minuto 20, se hacían eternos los 80 que faltaban por disputar y cualquier equipo hubiera tirado la toalla. La UD hizo lo contrario. Se lanzó al ataque con oportunidades claras de gol, como la jugada de Samuel (minuto 23), un tiro de Javier Guerrero (minuto 30), la falta de Jonathan Viera (minuto 33) y el disparo de Sergio Suárez (minuto 34). Hasta que el juego amarillo dio sus frutos en el 43 con el tanto de Carril, tras una falta sacada por Sergio Suárez que rechazó el meta local. En este periodo del encuentro, el Cartagena apenas llegó al área de Barbosa.
La segunda parte fue una continuación de la primera. La UD peleó, jugó fiel a su estilo, con un David González mandando en el centro del campo y Jonathan Viera incordiando en el área rival. Un juego que obtuvo sus frutos en el minuto 12, con el gol de Guerrero. Todos pensamos que era posible el empate, porque los rivales parecían estar tocados. Nuestro gozo en un pozo. Cuatro minutos después Lafuente ponía la puntilla del 4-2 en una jugada desafortunada porque Barbosa logró parar un gran tiro y el jugador rival se aprovechó del rechazo. Cinco minutos después, en un contraataque, Toché colocaba en el marcador el 5-2 definitivo.
El partido ya no tuvo más historia. Bueno, sí que la tuvo. La actitud del equipo amarillo siguió siendo la misma, con un juego excelente y hasta aplaudido en algunos momentos por el público local. Perdieron por goleada, pero salieron con la cabeza bien alta del campo. El problema es que no suma puntos, aunque también es verdad en que los últimos tres partidos perdidos la UD se ha enfrentado a tres gallitos de segunda: Celta, Xerez y Cartagena.
Ahora, vacaciones de Navidad y luego a esperar al Barcelona B en el Estadio de Gran Canaria. Un equipo nada fácil. Pero la UD Las Palmas seguro que se sobrepondrá a esta situación y volverá por el camino de los triunfos. Y de las alegrías.