La UD Las Palmas pudo ganar con facilidad al Recreativo de Huelva, pero se trajo a la isla un punto (1-1). Un optimista podría decir que tenemos 12 puntos y nos queda sólo 38 para lograr el objetivo de los 50 puntos (la permanencia), o que el equipo no conoce la derrota en las primeras seis jornadas del campeonato, o que la UD sigue fiel a su nuevo estilo de juego. Y todo eso es verdad, como también es una verdad objetiva que David García tiró la pelota al larguero cuando el portero local ya estaba batido en los minutos finales o que Vicente Gómez pudo marcar el gol de su vida en el descuento tras un arabesco espectacular de Jonathan Viera. Lo que pudo haber cambiado las cosas si uno de esos dos goles cantados hubiera quedado reflejado en el marcador del Nuevo Colombino. Pero no nos olvidemos: esto es un juego y el azar estará otro día a nuestro favor.
Entiendo las palabras de Paco Jémez tras el encuentro: “El punto logrado nos sabe a poco; la sensación es que se nos ha escapado dos puntos”. Destilan un grado de frustración que comparto. Pero sigo siendo un optimista convencido. ¿Saben por qué? Porque el optimista tiene siempre un proyecto, mientras que el pesimista solo tiene excusas. Jaume Perich (1941-1995), un humorista español cuyas viñetas se hicieron muy populares durante la transición democrática, dijo en cierta ocasión que “un optimista es el que cree que todo tiene arreglo y que un pesimista es el que piensa lo mismo, pero cree que nadie va a intentarlo”. En el equipo técnico de la UD hay ganas, talento, capacidad y optimismo para superar los obstáculos. De eso debemos estar seguros. Porque cuando se tiene un proyecto no valen las excusas. Y esta temporada, para felicidad de todos, el proyecto existe.
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