Es probable que el papel del árbitro y de sus asistentes sea el más ingrato en el mundo del fútbol. Pero son necesarios. Si ellos un partido de fútbol sería el caos. Ahora bien, hay árbitros buenos, regulares y malos. Igual que futbolistas y entrenadores. Los árbitros también son humanos y pueden cometer errores, como los cometen jugadores y entrenadores. Sabemos que arbitrar con los medios actuales es muy complicado, que muchas veces incluso con diez o veinte repeticiones a través de la televisión no podemos asegurar si ha sido penalti o fuera de juego. Pero cuántas veces vemos jugadas claras, con una buena visibilidad para el juez de línea o el árbitro, en las cuales toman una decisión incorrecta o ni tan siquiera la toman, dándonos a entender que no saben aguantar la presión o peor aún que estaban pensando en el viaje de vuelta a casa.
Pues bien, la UD Las Palmas fue víctima de nuevo (¿y van…?) el pasado domingo de uno de esos arbitrajes que perjudicaron al equipo y lo que es peor penalizó el juego en estado puro. Pino Zamorano, colegiado de Castilla-La Mancha, no sólo señaló un penalti inexistente (1-0) y no señaló una falta previa al segundo gol (2-0), sino que castigó el juego amarillo durante los 90 minutos. Porque no se explica que los jugadores del Real Valladolid cometieran 29 faltas y los amarillos 14, es decir, menos de la mitad, mientras que las tarjetas amarillas se repartieron a partes iguales: tres a cada equipo. El árbitro perjudicó al equipo que quería jugar al fútbol y favoreció al que lo quería destruir.
En un excelente trabajo publicado por el periodista Manuel Borrego en La Provincia (19-octubre-2010) se explica con todo lujo de detalles los cuatro puntos que las decisiones de los árbitros le han restado a la UD Las Palmas en los primeros ocho encuentros de la temporada. Los árbitros son humanos y se equivocan, es verdad, pero uno se pregunta cuándo las dudas van a favorecer a los amarillos. Es comprensible el cabreo monumental del entrenador Paco Jémez al finalizar el encuentro. Algunas palabras sobraron y con otras nos identificamos: “Nos toman por el tonto de la categoría”. Jémez, como buen hijo de cantaor, es una persona temperamental y el domingo la gota colmó el vaso. Comprensible, repito.
Hay una frase tópica en el fútbol que dice que los árbitros te dan y te quitan a lo largo de la temporada. Ya nos han quitado cuatro puntos. Esperemos que los mismos puntos nos lo den en el futuro.
1 comentario:
Estoy de acuerdo con su comentario. Se puede decir más alto pero no mas claro. La afición también espera que los árbitros nos devuelvan lo que es nuestro. Saludos.
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