viernes, 5 de noviembre de 2010

LA TÁCTICA FUNCIONÓ A PESAR DE TODO

La UD Las Palmas no ganó en Elche (2-2) por un gol que encajó en los minutos de descuento y en una jugada a balón parado. No se puede decir que cometió el mismo error que en Ponferrada, porque esta vez el equipo amarillo hizo un partido táctico, serio y sacrificado. Pudo abrir el marcador a los 24 segundos de juego, marcó dos goles tras dos hermosas jugadas,  supo frenar los embistes de un equipo que salió en tromba para lograr el triunfo y estuvo a punto de rematar el resultado en un contragolpe de David González.  Pero esto es un juego. El empate sabe a poco cuando ya se saboreaba las mieles de la victoria, pero también es un punto menos para llegar a los 51 de la permanencia. Que no se olvide.

Lo que sigue demostrando la nueva UD es que es un equipo solidario, un estado de ánimo, donde no hay figuras decorativas y que se entrega los noventa minutos que dura el encuentro. Incluso superó admirablemente los cambios que tuvo que realizar Paco Jémez por las lesiones de Pedro Vega y Aythami en la primera media hora de partido. Estos imponderables que pueden trastocar un trabajo previo apenas se notó en el campo, donde la maquinaria siguió funcionando con las incorporaciones de Armiche y Pignol. Así funciona un colectivo.

Lo cierto es que el fútbol constituye una metáfora de la condición humana, porque permite vislumbrar la incertidumbre de los estatus colectivos, como asimismo los azares de la fortuna y el destino. Cuando vi en el  televisor que el cronómetro llegaba al minuto 90 estaba convencido de que esta vez no se iban a escapar los tres puntos. Lo pensaba yo y miles de aficionados amarillos. Pero ahí estaba el destino, agazapado en la portería amarilla. El Martínez Valero volvió a ser nuestro estadio talismán, pero solo a medias. Y todo por culpa de una jugada a balón parado.

  


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