martes, 19 de octubre de 2010

LA GOTA COLMÓ EL VASO

Es probable que el papel del árbitro y de sus asistentes sea el más ingrato en el mundo del fútbol. Pero son necesarios. Si ellos un partido de fútbol sería el caos. Ahora bien, hay árbitros buenos, regulares y malos. Igual que futbolistas y entrenadores. Los árbitros también son humanos y pueden cometer errores, como los cometen jugadores y entrenadores. Sabemos que arbitrar con los medios actuales es muy complicado, que muchas veces incluso con diez o veinte repeticiones a través de la televisión no podemos asegurar si ha sido penalti o fuera de juego. Pero cuántas veces vemos jugadas claras, con una buena visibilidad para el juez de línea o el árbitro, en las cuales toman una decisión incorrecta o ni tan siquiera la toman, dándonos a entender que no saben aguantar la presión o peor aún que estaban pensando en el viaje de vuelta a casa.

Pues bien, la UD Las Palmas fue víctima de nuevo (¿y van…?) el pasado domingo de uno de esos arbitrajes que perjudicaron al equipo y lo que es peor penalizó el juego en estado puro. Pino Zamorano, colegiado de Castilla-La Mancha, no sólo señaló un penalti inexistente (1-0) y no señaló una falta previa al segundo gol (2-0), sino que castigó el juego amarillo durante los 90 minutos. Porque no se explica que los jugadores del Real Valladolid cometieran 29 faltas y los amarillos 14, es decir, menos de la mitad, mientras que las tarjetas amarillas se repartieron a partes iguales: tres a cada equipo. El árbitro perjudicó al equipo que quería jugar al fútbol y favoreció al que lo quería destruir.

En un excelente trabajo publicado por el periodista Manuel Borrego en La Provincia (19-octubre-2010) se explica con todo lujo de detalles los cuatro puntos que las decisiones de los árbitros le han restado a la UD Las Palmas en los primeros ocho encuentros de la temporada. Los árbitros son humanos y se equivocan, es verdad, pero uno se pregunta cuándo las dudas van a favorecer a los amarillos. Es comprensible el cabreo monumental del entrenador Paco Jémez al finalizar el encuentro. Algunas palabras sobraron y con otras nos identificamos: “Nos toman por el tonto de la categoría”. Jémez, como buen hijo de cantaor, es una persona temperamental y el domingo la gota colmó el vaso. Comprensible, repito.

Hay una frase tópica en el fútbol que dice que los árbitros te dan y te quitan a lo largo de la temporada. Ya nos han quitado cuatro puntos. Esperemos que los mismos puntos nos lo den en el futuro.

1 comentario:

Luis Carreño dijo...

Estoy de acuerdo con su comentario. Se puede decir más alto pero no mas claro. La afición también espera que los árbitros nos devuelvan lo que es nuestro. Saludos.