sábado, 30 de octubre de 2010

DERROTA PELEADA

Lo que más me preocupa de la derrota en Ponferrada (3-2) es el ánimo de los jugadores. Perder un partido después de ir ganando por 1-2, que pudo ser 1-3, es un golpe difícil de encajar. Pero precisamente después anularse ese hipotético tercer gol amarillo a Javi Guerrero, tras una gran jugada colectiva, vino un contragolpe del Ponferradina que dejó en minoría a la defensa canaria. Y llegó el empate y después, en circunstancias muy parecidas, el tercer y definitivo gol local. Una lástima. Lo que pudo haber sido el mejor regalo para los entrañables aficionados de la Peña La  Bañeza de León acabó en decepción. Son  los lances del juego. Además, el equipo que no arriesga no gana y a veces el riesgo se paga caro.

No hay que poner peros a la actitud de los jugadores de la UD Las Palmas. Se dejaron la piel en el campo. Lucharon los noventa minutos y me viene a la mente una frase del militar y político argentino José de San Martín: “Una derrota peleada vale más que una victoria casual”. Es posible, como dijo Paco Jémez, que faltara más competitividad en momentos puntuales y que también faltara temple con el balón para saber matar un partido que dominaba con el 1-2. Pero el otro equipo, la Ponferradina, se estaba jugando la vida (fue su primera victoria en esta temporada) y sacaron fuerzas para superar a unos amarillos perplejos por el cariz que tomó el encuentro el último cuarto de hora.

El partido también nos deja algo positivo: el debut del colombiano Perea con la UD Las Palmas. Hizo dos remates que pudieron ser dos golazos (uno de ellos con la cabeza) y le señalaron un fuera de juego que no existió cuando se quedaba solo ante el portero. Y todo en los 24 minutos que estuvo en el campo. Buenas señales.

Ahora lo que toca es el equipo supere esta derrota y acuda a Elche con el ánimo renovado. El balance de los amarillos cuando hemos llegado a la décima jornada es esperanzador: cuatro victorias, cuatro empates y dos derrotas. Esos 16 puntos que tiene la UD Las Palmas los hubiera firmado, sin nungún género de dudas, cualquier aficionado en el comienzo de la Liga.


sábado, 23 de octubre de 2010

CUANDO SE IMPONE LA LÓGICA

“La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad”. Lo afirmó el novelista británico Rudyard Kipling hace casi un siglo y nos viene como anillo al dedo para calificar el triunfo de la UD Las Palmas ante el Albacete (2-1). Solo existió un equipo en el campo: el amarillo. Pudo marcar en el primer minuto de juego, pero no lo hizo; en el minuto 37 ya había tirado 10 veces a la portería de Navas, algunas de ellas oportunidades muy claras de gol, pero el balón no llegó a la red; marcó dos goles elegantes y el partido ya estaba sentenciado, tanto fue así que llegó los “olés” a las gradas. El equipo gustaba y se gustaba. Cuando ya se disfrutaba de la victoria llegó el gol visitante en una jugada absurda, precedida incluso por una falta al defensa canario Samuel. Quedaban unos minutos, los visitantes se crecieron y poco faltó de pasar de la victoria al fracaso, porque un empate después del excelente partido de la UD hubiera sido un fracaso. Se impuso, por esta vez, la lógica en un deporte donde no hay lógica.

Lo importante es que después de cuatro jornadas sin conocer la victoria (tres empates y una derrota) la UD vuelve a sumar tres puntos. Lo hizo como siempre: jugando bien, tocando el balón, desconcertando al equipo contrario. Esta vez, incluso, demostró que tiene una plantilla suficiente para hacer frente con garantías a las posibles bajas de los titulares por lesiones o tarjetas a lo largo de la temporada. Ayer no estaban ni Jonathan Viera ni Vitolo, que se han convertido en piezas indiscutibles en el equipo. Pero los que ocuparon sus puestos cumplieron con su cometido: Pedro Vega marcó el primer gol gracias a un arabesco espectacular de Javi Guerrero, dos jugadores que fueron alineados para cubrir las bajas de los lesionados. Así funciona una buena plantilla.

La UD Las Palmas ocupa ahora el quinto puesto de la clasificación con 16 puntos. No está mal en la novena jornada de Liga. Y Paco Jémez sigue haciendo sus cálculos: ya solo nos faltan 35 puntos para llegar a los 51 necesarios para no pasar dificultades en la categoría. Una vez conseguida esa cifra, ya se verá. “La ilusión es un arma muy poderosa”, comentó Samuel a la Cadena Ser al finalizar el partido. Yo diría, parafraseando al poeta Blas de Otero, que la ilusión es también un arma cargada de futuro. Y que lo veamos.

martes, 19 de octubre de 2010

LA GOTA COLMÓ EL VASO

Es probable que el papel del árbitro y de sus asistentes sea el más ingrato en el mundo del fútbol. Pero son necesarios. Si ellos un partido de fútbol sería el caos. Ahora bien, hay árbitros buenos, regulares y malos. Igual que futbolistas y entrenadores. Los árbitros también son humanos y pueden cometer errores, como los cometen jugadores y entrenadores. Sabemos que arbitrar con los medios actuales es muy complicado, que muchas veces incluso con diez o veinte repeticiones a través de la televisión no podemos asegurar si ha sido penalti o fuera de juego. Pero cuántas veces vemos jugadas claras, con una buena visibilidad para el juez de línea o el árbitro, en las cuales toman una decisión incorrecta o ni tan siquiera la toman, dándonos a entender que no saben aguantar la presión o peor aún que estaban pensando en el viaje de vuelta a casa.

Pues bien, la UD Las Palmas fue víctima de nuevo (¿y van…?) el pasado domingo de uno de esos arbitrajes que perjudicaron al equipo y lo que es peor penalizó el juego en estado puro. Pino Zamorano, colegiado de Castilla-La Mancha, no sólo señaló un penalti inexistente (1-0) y no señaló una falta previa al segundo gol (2-0), sino que castigó el juego amarillo durante los 90 minutos. Porque no se explica que los jugadores del Real Valladolid cometieran 29 faltas y los amarillos 14, es decir, menos de la mitad, mientras que las tarjetas amarillas se repartieron a partes iguales: tres a cada equipo. El árbitro perjudicó al equipo que quería jugar al fútbol y favoreció al que lo quería destruir.

En un excelente trabajo publicado por el periodista Manuel Borrego en La Provincia (19-octubre-2010) se explica con todo lujo de detalles los cuatro puntos que las decisiones de los árbitros le han restado a la UD Las Palmas en los primeros ocho encuentros de la temporada. Los árbitros son humanos y se equivocan, es verdad, pero uno se pregunta cuándo las dudas van a favorecer a los amarillos. Es comprensible el cabreo monumental del entrenador Paco Jémez al finalizar el encuentro. Algunas palabras sobraron y con otras nos identificamos: “Nos toman por el tonto de la categoría”. Jémez, como buen hijo de cantaor, es una persona temperamental y el domingo la gota colmó el vaso. Comprensible, repito.

Hay una frase tópica en el fútbol que dice que los árbitros te dan y te quitan a lo largo de la temporada. Ya nos han quitado cuatro puntos. Esperemos que los mismos puntos nos lo den en el futuro.

domingo, 17 de octubre de 2010

EL MUNDO AL REVÉS

Hay partidos que se definen en 45 minutos. El Real Valladolid-UD Las Palmas (3-0) fue uno de ellos. Cuando el árbitro pitó el final de la primera parte el equipo amarillo era el absoluto dominador del juego, con una posesión del balón del 62%; el equipo pucelano sólo lo tuvo un 38%. Pero es que el Real Valladolid, además, había cometido el doble de faltas que la Unión Deportiva Las Palmas. Sin embargo, el marcador era de 2-0 a favor del equipo que menos jugó y más juego destruyó con sus faltas. El mundo al revés.


A estos datos objetivos hay que añadir dos subjetivos. Veamos. El primer gol que encaja la UD es un dudoso penalti (por cierto, ¿cuántos van esta temporada en que la duda perjudica a los amarillos?) cuando Aythami le gana la posesión del balón al jugador Guilherme y éste exagera la caída engañando al árbitro. El veterano entrenador Xabier Askargorta, que comentó el partido para Canal Plus Liga, afirmó: “A mí también me engañó, porque mi primera impresión es que había sido penalti; cuando han repetido la jugada vemos que la pena máxima no existe”. Y el otro dato subjetivo es que el segundo gol que encaja la UD cuando faltan dos minutos para el descanso es por una ausencia de concentración defensiva en un saque de esquina. El partido no tuvo más historia.


Esta semana leí que la UD Las Palmas nunca había ganado en las 14 visitas anteriores a Valladolid. Los amarillos llegaban invictos al Nuevo Zorrilla y los pucelanos nos devuelven a la realidad de la competición cuando, al menos en teoría, no lo merecía. Pero así es el juego. Decía el escritor irlandés Oscar Wilde que “un tonto nunca se repone de un éxito”. La UD ha hecho el mejor inicio de liga en muchísimos años y hay que felicitarse. La primera derrota tenía que llegar. Ahora a trabajar el próximo encuentro que no será ni más ni menos complicado que los anteriores.


Lo importante es que la UD Las Palmas ocupa una digna octava posición gracias a los 13 puntos obtenidos con un brillante estilo de juego y con un serio trabajo técnico. Vendrán otras derrotas y otras victorias. Pero a lo que no se renuncia es a cambiar la historia. El futuro sigue estando en nuestras manos.

sábado, 9 de octubre de 2010

GANÓ LA AFICIÓN

La primera parte de la Unión Deportiva Las Palmas ante el Real Betis (2-2) fue antológica, de parabólica, como diría Maldini. El marcador reflejaba un 1-0 y tenía que haber terminado con un 2-0 como premio a ese juego inteligente, elegante y efectivo. Pero así es el  fútbol. El árbitro y sus asistentes están para interpretar acciones concretas; unas veces aciertan y otras se equivocan.  Pero esa es otra historia, porque nada tiene que ver con el resultado final. Lo importante es que el equipo impuso el mismo ritmo de juego y la misma verticalidad que ha practicado desde el primer partido de Liga. Insistimos: hay futuro con esta plantilla y con esta filosofía.
La segunda parte fue otra cosa. Al equipo le costó encajar el empate (1-1) y luego el mazazo del marcador adverso (1-2). Cuando reaccionó y logró el empate con un fenomenal gol de falta de Sergio Suárez faltaron cinco minutos más para cambiar la igualada por la victoria. Pero esto es un juego y no una fórmula matemática. Además, nos enfrentábamos al que posiblemente es el mejor equipo de la categoría y uno sale del recinto de Siete Palmas con la sensación de que se siguen haciendo bien los deberes.
Pero los verdaderos protagonistas del partido en el Estadio de Gran Canaria fueron los aficionados, esos 25.000 seguidores que estuvieron animando a los amarillos durante los 90 minutos de juego. Con un respaldo así y el trabajo que está desarrollando el equipo técnico que lidera Paco Jémez hay suficientes motivos para dejar de soñar y pensar que estamos ante una hermosa realidad. Lo dijo, incluso, el entrenador visitante Pepe Mel en la rueda de prensa posterior al encuentro: “Espero que el futuro premie el buen juego de la Unión Deportiva Las Palmas”. Todos esperamos que así sea, por el bien del fútbol y de la UD.  
  

lunes, 4 de octubre de 2010

PALABRAS AL VIENTO

ÁRBITRO.—Sigo dándole vueltas al partido Recreativo de Huelva-UD Las Palmas del pasado sábado. Hay elementos que no encajan. El árbitro Martínez Munuera, del Colegio Valenciano, amonesta al defensa Ruymán con tarjeta amarilla en el minuto 30 de partido. Antes la había visto Josico. Pues bien, los jugadores de la UD sólo habían cometido hasta ese momento tres faltas. ¿Es lógico que un equipo sea castigado con dos tarjetas amarillas cuando solo ha cometido tres faltas? Curiosamente fue el equipo contrario el que empleó toda la dureza posible para frenar el juego de toque de la UD desde el primer minuto. Inaudito.

SAMUEL.—El defensa amarillo estaba haciendo su mejor partido en la actual temporada. Hasta que llegó el minuto 57. Un supuesto agarrón al gigantesco Lamas fue interpretado por el árbitro como penalti. He visto las imágenes de la acción más de una vez y desde diferentes ángulos. Existe contacto. Pero, ¿no pudo ser provocado ese contacto por el propio Lamas? Estoy convencido de que un colegiado británico no hubiera apreciado pena máxima en la jugada. En el país donde se inventó el fútbol se señala un penalti cuando lo ve hasta el espectador que está en la última fila de la grada. Y nunca se discute, por cierto.

CANTERA.—Los jóvenes canteranos siguen dando alegrías a la afición. Randy, Vicente Gómez y Armiche, que salieron en sustitución de Guayre, David González y Cejudo, no defraudaron. El primero estuvo a punto de marcar en un contragolpe, el segundo casi marca un gol de bandera tras un pase de película de Jonathan Viera y el tercero fue desbordante por su banda. Fue el momento en que el Recreativo de Huelva pedía la hora para evitar la derrota. En ese tramo del partido se dejaron los dos puntos lejos de casa.

INVICTO.—Solo cuatro equipos de la Liga de Fútbol Profesional quedan invictos tras la sexta jornada del campeonato: Valencia y Real Madrid, en la Liga BBVA, y Salamanca y UD Las Palmas, en la Liga Adelante. El sábado nos visita el actual líder, Real Betis, con dos ex amarillos: Rubén Castro y Momo. Para la UD es el momento de dar un puñetazo sobre la mesa, un golpe de autoridad. Si los tres puntos se quedan en el Estadio de Gran Canaria (esperemos que con lleno hasta la bandera), ya no estaremos hablando de una ilusión sino de una realidad.



sábado, 2 de octubre de 2010

CANTO AL OPTIMISMO

La UD Las Palmas pudo ganar con facilidad al Recreativo de Huelva, pero se trajo a la isla un punto (1-1). Un optimista podría decir que tenemos 12 puntos y nos queda sólo 38 para lograr el objetivo de los 50 puntos (la permanencia), o que el equipo no conoce la derrota en las primeras seis jornadas del campeonato, o que la UD sigue fiel a su nuevo estilo de juego. Y todo eso es verdad, como también es una verdad objetiva que David García tiró la pelota al larguero cuando el portero local ya estaba batido en los minutos finales o que Vicente Gómez pudo marcar el gol de su vida en el descuento tras un arabesco espectacular de Jonathan Viera. Lo que pudo haber cambiado las cosas si uno de esos dos goles cantados hubiera quedado reflejado en el marcador del Nuevo Colombino. Pero no nos olvidemos: esto es un juego y el azar estará otro día a nuestro favor.

Entiendo las palabras de Paco Jémez tras el encuentro: “El punto logrado nos sabe a poco; la sensación es que se nos ha escapado dos puntos”. Destilan  un grado de frustración que comparto. Pero sigo siendo un optimista convencido. ¿Saben por qué? Porque el optimista tiene siempre un proyecto, mientras que el pesimista solo tiene excusas. Jaume Perich (1941-1995), un humorista español cuyas viñetas se hicieron muy populares durante la transición democrática, dijo en cierta ocasión que “un optimista es el que cree que todo tiene arreglo y que un pesimista es el que piensa lo mismo, pero cree que nadie va a intentarlo”. En el equipo técnico de la UD hay ganas, talento, capacidad y optimismo para superar los obstáculos.  De eso debemos estar seguros. Porque cuando se tiene un proyecto no valen las excusas. Y esta temporada, para felicidad de todos,  el proyecto existe.