martes, 5 de abril de 2011

RAÚL Y El VIEJO INSULAR

El exjugador y ahora comentarista de deportes de Canal Plus, Raúl Ruiz, volvió a lucirse con un reportaje sobre la UD Las Palmas emitido el lunes 4 de abril en el programa El Día Después. Esta vez escogió a cinco jugadores históricos de los años sesenta (Germán, León, Paco Castellanos, Aparicio y Gilberto I) y los llevó a las ruinas del viejo Estadio Insular. Allí hablaron de la época más gloriosa del club y lamentaron el estado de una instalación deportiva que tantas alegrías dio a la afición canaria, mientras se intercalaban imágenes históricas de aquella etapa. Y por supuesto, un recuerdo emocionado a Guedes y Tonono, dos jugadores que siguen en el imaginario colectivo de todo un pueblo.

Raúl, que fue un excelente jugador del Numancia, es también una persona de una sensibilidad extraordinaria. Sabe elegir cada semana un tema relacionado con el mundo del fútbol que traspasa la barrera de lo meramente deportivo para pulsar como nadie los sentimientos humanos. Ver a las glorias pasadas (y presentes, por el cariño que se les tiene en esta tierra) hablar de sus éxitos mientras daban patadas a un desmarrido balón  o a Mamé León llevándose para su casa una butaca amarilla como recuerdo, emociona a cualquier espectador.

El reportaje de Raúl puede servir también de lección para aquellos que se oponen a la desaparición de las pistas de atletismo del Estadio de Gran Canaria. Porque, ¿qué razón de ser tendría esas instalaciones si la UD Las Palmas construyera en el futuro su propio campo de fútbol si la clase política, o algunos políticos, sigue negándose a realizar las reformas que demanda la afición desde el primer día de la inauguración?

He leído en Canarias7 que un arquitecto que realizó un estudio para su posible transformación, Guillermo Ortego, se opone a la reforma con el argumento de que “solo acuden diez mil personas al recinto” y que “desde un punto de vista técnico es muy complejo realizar las obras”. Con respecto a lo primero, al margen de que es un dato manipulado (con el Real Betis, por ejemplo, acudieron 25.000 espectadores), el problema es la solución; es decir,  muchos aficionados no van porque las pistas de atletismo les impiden disfrutar de un auténtico espectáculo futbolístico. Con respecto a lo segundo, que un técnico venga a decir en la segunda década del siglo XXI que es complejo realizar esas obras es como para echarse a llorar; o a reír, según se mire.



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