sábado, 5 de febrero de 2011

IDEAS E INCERTIDUMBRES

El novelista checo Milán Kundera escribió en cierta ocasión que “el fútbol es un pensamiento que se juega, y más con la cabeza que con los pies”. La UD Las Palmas jugó más con los pies que con la cabeza ante el Huesca y el empate (1-1) sabe a muy poco, por no decir a nada. Sobre todo porque después de los puntos obtenidos en Tenerife y Tarragona era una gran oportunidad para dar un golpe sobre la mesa y reivindicar el juego --y las victorias-- de los primeros partidos de Liga. Todo parece indicar que será otra temporada de incertidumbres y ansiedades.

Como ya ocurrió ante el Nástic, la primera parte ante el Huesca fue para olvidar. El gol que logró Guerrero en el minuto 45 después de una genialidad de Guayre es solo una anécdota y bastante premio para un juego cansino y desesperante. Pero ese gol que llaman psicológico fue más positivo para el equipo que lo encajó que para el que lo marcó. Porque desde el primer minuto de la segunda parte el Huesca se hizo con el control de la situación sin que los amarillos pudieran contrarrestar el planteamiento táctico que hizo Onésimo. Hasta el minuto 74, en que Tariq logró el tanto del empate, los canarios no se dieron cuenta de que había otro equipo en el campo. Fue el mal menor, porque la derrota habría sido un golpe a la esperanza y porque con ese punto llegamos a los 25, la mitad de los que se necesitan para salvar la categoría.

Esta UD nada tiene que ver con aquella otra que logró hacer soñar a los aficionados los diez primeros encuentros de la Liga. Sin Viera ni Vitolo ni Armiche en el campo y sin que David González  vuelva por la senda de la regularidad, va a costar repetir aquel periodo. Menos mal que los fichajes de Lequi y Quero está dejando buen sabor de boca y esperemos que la incorporación de Borzani ayude también a equilibrar con acierto las líneas del equipo.

“Trabajo, mucho trabajo”, respondió Paco Jémez en la sala de prensa cuando le preguntaron sobre la fórmula para reconducir la situación. El problema está en que el tiempo se agota y cada jornada que pasa queda menos puntos por disputar. Así y todo, hay que seguir confiando en el equipo humano de la UD para superar este bache. Y por supuesto en una afición que sigue estando presente en el Estadio de Gran Canaria a pesar de los pesares. La sonora pitada de protesta la hizo cuando el árbitro pitó el final del partido. Estaba en su derecho.

     

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