La UD Las Palmas ha perdido ante el Córdoba (0-1) en el Estadio de Gran Canaria. Una derrota que deja tocado al equipo amarillo, sobre todo cuando queda una semana para enfrentarse al CD Tenerife. Muy poco que comentar del peor partido de liga de la UD en toda la temporada, a no ser la tristeza de una afición que esperaba un triunfo como agua de mayo tras los últimos cinco tropiezos. Solo se me ocurre reproducir un poema del escritor cubano Heberto Padilla (1932-2000) como una llamada a la esperanza y a la fe en el futuro. Queda mucha liga. Confiemos en que es posible acabar con esta racha y volver por la senda que el equipo marcó a principios de temporada. Este es el poema, titulado precisamente Tiempos difíciles, que figura en su libro Fuera del juego:
A aquel hombre le pidieron su tiempo
para que lo juntara al tiempo de la Historia.
Le pidieron las manos,
porque para una época difícil
nada hay mejor que un par de buenas manos.
Le pidieron los ojos
que alguna vez tuvieron lágrimas
para que no contemplara el lado claro
(especialmente el lado claro de la vida)
porque para el horror basta un ojo de asombro.
Le pidieron sus labios
resecos y cuarteados para afirmar,
para erigir, con cada afirmación, un sueño
(el-alto-sueño);
le pidieron las piernas,
duras y nudosas,
(sus viejas piernas andariegas)
porque en tiempos difíciles
¿algo hay mejor que un par de piernas
para la construcción o la trinchera?
Le pidieron el bosque que lo nutrió de niño,
con su árbol obediente.
Le pidieron el pecho, el corazón, los hombros.
Le dijeron
que eso era estrictamente necesario.
Le explicaron después
que toda esta donación resultaría inútil
sin entregar la lengua,
porque en tiempos difíciles
nada es tan útil para atajar el odio o la mentira.
Y finalmente le rogaron
que, por favor, echase a andar,
porque en tiempos difíciles
ésta es, sin duda, la prueba decisiva.
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